Hace un par de días escribí que RUC era una universidad diferente. Hoy sábado, a las 3 de la madrugada, lo corroboro. La noche se planteaba tranquila, sólo habíamos pensado en ir a tomar unas cervezas al «Café Trekroner», una sala con música que algunos estudiantes abren de vez en cuando. El lugar era tan tranquilo que una vez allí decidimos irnos. Al salir escuchamos música desde dentro de la universidad, desde una de las facultades. Al acercarnos la música era cada vez más fuerte y comenzaban a aparecer luces de colores desde dentro del edificio.
Al entrar comprobamos que se trataba de una fiesta hawaiana: los estudiantes habían organizado un fiestón con césped de verdad, hamacas, caipiriñas, frutas tropicales, una barra de bebida larguísima y una pista de baile. Y todo en mitad de las clases de la propia facultad.
Los erasmus, sorprendidos por la que de pronto se había organizado a apenas unos cientos de metros de nuestras residencias, nos sumamos a la fiesta y animamos aquello como los que más. Entre internacionales y daneses dimos a la fiesta un ambiente especial. Los bailoteos, los chupitos de tequila y el lío de parejas corrían por todo el edificio… imaginen! Fue una noche genial, es de esas ocasiones en que sales de casa pensando que volverás en un cuarto de hora y la cosa va deviniendo en un plan espectacular. En fin, un fiestón que estuvo amenizado por las botellas de alcohol que «nos encontramos» por algún rincón y las batallas con espuma de cerveza.
Y ahora a dormir, que antes de salir había decidido que mañana sería el día en que empezaré a estudiar. Por cierto, me acabo de dar cuenta que junto a mi ha llegado a casa un tiburón hinchable. Buenas noches.
Escribiendo mi camino 
🙂
Por dios, qué envidia me das! Cómo puedes hacer tantas cosas geniales en menos de una semana? Yo también quiero irme de Erasmuuuuus!
Pero ya no salgas más eh? Que ahora toca centrarse (já, no te lo crees ni tú xD)
Muuuuá!